22/2/12

tequiero

¿Sabes? Si me pusieran delante una fila de gente importante que se cree tan lista que es capaz de definirlo y explicarlo todo, con números, teoremas y leyes físicas... Si los tuviera a todos delante y todos me hicieran la misma pregunta "¿Qué sientes por él?", te aseguro que para todos tendría una respuesta ... Si el que preguntara resultara ser un médico, le diría que tú eres la máquina de oxígeno que necesito para sobrevivir, que tus susurros en mi oído resultan vitales para mantenerme consciente, que cada vez que tus labios rozan los mios sufro un minúsculo paro cardíaco, y que tus manos bajando por mi barriga justo después son como la descarga que me revive. Que estoy conectada a una máquina que me mantiene con vida, y se llama "tú". ¿Y si fuera un psicólogo? Entonces le confesaría que estoy completamente enganchada a ti, que necesito rehabilitación para sacar tu sonrisa de mi cabeza al menos 15 segundos al día, que por las noches solo sueño con tu boca, con tus labios, y besarlos, y que el único somnífero que me calma y me deja dormir es tu cuerpo junto al mio, cerca, toda la noche y parte de la mañana siguiente. Que eres mi adicción, mi droga. Si quien pregunta es un arquitecto, entonces le diría que no le encuentro defectos a tu cuerpo, que tus brazos son el mejor refugio para el frío, y que están perfectamente pensados para que yo encuentre mi hueco entre ellos y me sienta tan segura y tan cómoda que podría pasarme ahí miles de horas. Y si viniera un matemático, con sus teorías y sus leyes lógicas, le diría que yo la única ley que entiendo es que tú+yo=1, y que yo-tú=1/2. ¿Un filósofo? También podría responderle. Y le diría que para mi solo existe una filosofía de vida, y es vivir cada momento que me queda a tu lado. Porque alguna vez ya no estaré, y alguna vez tú no estarás. 
Y me da igual que el mundo se empeñe en rebatir mi teoría con planteamientos absurdos, porque para mí quien importa eres tú, tú y cada segundo que paso contigo, y cada vez que me besas, y cada vez que sonríes, y cada vez que sonríes en medio de un beso, y cada canción que me cantas, y cada tarde gastada a tu lado, y cada secreto que no decimos, y cada cuadrito que nos pasamos, y cada locura que se nos ocurre, y cada vez que te miro a los ojos y puedo entender sin palabras que sientes lo mismo que yo. Porque, lo siento, no tengo que explicarle nada a nadie, porque si tú me coges de la mano, por mi que reviente el mundo si quiere. ¿Y lo que siento? No se explica. Se vive, se siente..


;



Me pregunto, qué estarás haciendo tú ahora mismo, mientras yo derramo este cóctel de sentimientos sobre el papel. Qué clase de vida te ha tocado vivir a ti y porqué es tan diferente a la mía. Porqué yo puedo percibir cosas que son invisibles para el ojo y la mente humana, y tú no. Porqué nadie puede comprender las cosas verdaderamente importantes de esta vida, y yo si. Me pregunto dónde encajaría mejor cuando muera, si en el cielo o en el infierno. Me pregunto porqué me sigo preguntando, si sé la respuesta... Simplemente, no soy como tú. Déjame que te cuente algo sobre mí, solía ser una chica llena de luz, bondadosa con todos los demás, sensible, buena y siempre con una sonrisa en la cara. Solía ser, lo que hoy en día se le llama ser tonto. No conocía la maldad y me la quisieron inculcar.. Me negué durante un tiempo, pero pasado el mismo aprendí que la maldad era necesaria para sobrevivir. Que la vida no era tan bonita como la pintaban. Que nadie regala nada, ni siquiera algo tan sencillo como una sonrisa. Aprendí a sufrir, aprendí a odiar, a ser un maldita cabrona, a no sentir nada, a cambiar esa luz por oscuridad y sustituir la sonrisa de mi cara por una mirada desafiante. Pero lo más importante es, que ese mismo sufrimiento me hizo darme cuenta de que estaba equivocada. Me enseñó que no puedes saber qué es amar, si nunca has estado sólo. Que no puedes saber qué es estar feliz, si nunca has sufrido. Que no puedes saber qué es la paz, si nunca has estado en una guerra o que no puedes valorar lo que tienes si nunca te ha faltado. 
No puedes valorar lo bueno de la vida si no has sufrido con ella. Aprendí que la oscuridad no nos deja ver con claridad a veces, pero que la luz nos ciega totalmente... siempre me preguntaré cómo sería un mundo en el que todos fuéramos conscientes de esto y que por las calles no hayan más personas solas caminando... Pero moriré sin saberlo, y después de tanto tiempo en la oscuridad, cuando muera, no seré aceptada en el cielo, pero tampoco me habrá consumido lo suficiente para poder entrar en el infierno. Así que me quedaré en la nada, y ya me encargaré yo de hacer lo que pueda en vida para que esa "nada", se convierta en "todo". Esa es parte de mi historia, muy diferente a la tuya, que estás cegado por la luz. ¿Como? ¿que me equivoco? ¿que tu no eres diferente a mi? entonces ¿que haces leyendo esta mierda? levántate, sal ahí fuera y ayúdame a construir nuestro "todo", que de momento, no es nada...