19/4/12





"La perdí" se repetía constantemente mientras se tapaba la cara con sus manos evitando dejar a la vista aquellas lágrimas sinceras y, como él, impregnadas de amor, que se deslizaban por sus mejillas. Le escocían los ojos de tanto restregárselos con el objetivo de borrar la tristeza de su mirada, pero esta aún perduraba en su corazón. Se dejó caer lentamente desde el borde de la cama hasta el suelo, donde se sentó temeroso, abrazando sus rodillas, sintiéndose más pequeño que nunca y recordando lo que vivió a su lado. Se acordaba de esa chica que desde el primer momento le trató de una forma especial, distinta al resto, de esa sonrisa que siempre le tenía preparada sin importar si ella estaba bien o no, lo único que quería era alegrarle la vida a él, de las palabras adecuadas que tenía preparadas para cada momento, esas que eran justo las que él necesitaba escuchar. Y es que ella... ella le entregó su ser durante el tiempo que el destino les permitió. Ella, una chica sencilla y entregada a él, no le quitaba la mirada en ningún momento porque su vida giraba en torno a él, pero el tiempo y las circunstancias hicieron que todo cambiara. Ella seguía con la ilusión en su corazón de que él, por una vez desde que le conocía, diera un paso al frente lleno de coraje y valor y fuera a buscarla, que la prometiera que nunca se iría de su lado y que se dieran una oportunidad. Y mientras pasaban las estaciones, mientras corría el reloj y avanzaba presto el minutero, ese momento no llegaba. Al contrario, todo se iba desvaneciendo y la distancia, poco a poco, acabó con ellos. Desde entonces, él se maldice por no haberse atrevido a luchar por esa persona especial que se lo mereció como ninguna otra, porque aunque lo haya intentado, ninguna otra mujer ha podido hacerle olvidar cada gesto, cada caricia, cada acercamiento, cada conversación, cada mirada, cada razón por la que sonreír. Y se lamenta pensando que ella estará con alguien que la haga todo lo feliz que él no supo, pero, lo que él no sabe es que esa chica del pasado le tiene muy presente. Ella también piensa en él, ella también se acuerda de él, en su mente y en su corazón sigue estando él. Pero como siempre, el tren pasará y ninguno de los dos se atreverá a cogerlo. Porque ellos tienen algo que les separa, la distancia, pero también tienen algo que les une y que es más fuerte, el miedo.

Otro sorbo, y otro, y otro, y ya van cinco... como las noches en vela que ha pasado esta semana. Pega los labios a la botella y deja que el alcohol baje por su garganta al mismo ritmo que bajan las lágrimas por sus mejillas... Abre el paquete de tabaco, coge un cigarillo y enciende una llama, la misma que se apagó cuando él se fue. Mantiene en vilo el pitillo entre sus dedos de la mano izquierda, mientras con la derecha sujeta la botella y da otro trago, intentando que el Whisky borre todo el dolor que la vida no pudo borrarle. Se engaña a sí misma, sabe que lo que está haciendo no está bien, pero le da igual. Está tan cansada que decidió enterrar al angelito que la protegía de los malos vicios. Qué importa, se pregunta mientras se tumba en el suelo con la mirada perdida en el techo. Ya nada importa. Las cosas no van bien y para evadirse recurre a dos vicios que no la harán tanto daño. 
Nadie llena su vacío y eso la preocupa, pues siempre fue una chica curiosa, alegre y observadora que quería quitar los interrogantes que rodeaban su vida y cambiarlos por respuestas contundentes y lógicas, pero esta vez no pudo. No encontró un porqué y eso la mata lentamente... Mira la botella, solo queda un culín de alcohol, migajas como las de su amor, y se lo bebe de golpe, sin miramientos, sin ver el peligro. Otra calada al cigarro y el humo le hace verlo todo más confuso que de costumbre. Una noche es una noche, y yo hoy solo quiero olvidar... Justo en ese momento, abre los ojos y se los restriega haciendo que el rímel se le corra aún más, quiere que desaparezca ese color rojizo de su mirada, desea ser fuerte, intenta ponerse en pie pero sus piernas no reaccionan, están tan paralizadas como aquel día en que se fue.. Se derrumba nuevamente y decide que esta noche no se levantará, se limitará a dormir con la tristeza y a ser arropada por la soledad, mientras piensa que mañana será otro día y que quizás tenga ganas de sonreír, pero ahora no... hoy no.

16/4/12

De un día a otro todo puede cambiar, ayer estabas harta y hoy te da por recordar cada momento, ayer querías abandonar y hoy te das cuenta hasta donde has llegado, y ahora que lo has conseguido piensas que nada ni nadie hará que esto cambie, que después de todo este tiempo, atenta a cada gesto, a cada palabra, a cualquier detalle que te pudiese ayudar, te das cuenta de que nada esta escrito y que todo llega cuando menos lo esperas.



15/4/12




 Y me pregunto si ahora estarás pensando en mi, como lo hago yo. Si por un casual, se te a pasado por la cabeza echarme de menos. Dicen que ahora vas cogido de la mano con otra chica, dicen que es muy guapa. Me gustaría saber si cuando la beses a ella, piensas en mi. Si aun sueñas conmigo durmiendo a tu lado. No se muy bien como te olvidaré, ni si quiera sé si podre hacerlo. Pero, solo pido, que si de verdad existe eso al que hemos decidido llamar amor, yo pueda ser el amor de alguien.

14/4/12

Tengo nuevas expectativas. Tengo nuevos abriles, y tengo una nueva vida. Fotografías, tengo muchas fotografías, fotografías de tu pelo, fotografías de tu mirada, de tus manos. Sí, tengo fotografías de las manos más bonitas que he visto en mis otras vidas y en otros abriles, en los que tú no existías. Tengo una habitación medio llena de éstas y películas, películas antiguas. Películas modernas. Libros. Tengo muchísimos libros. Tengo una estantería llena de libros, incluso una biblioteca. Y una casa. Tengo una casa, y dos barcos, que en el que si te apetece tomar vino, invitado estás. Tengo historias, historias realmente cortas y largas, historias en las que claramente, tú sales. Y animales, y plantas, y también pipas por si te apetece. Sí, me gustan las pipas, y tengo pipas. Tengo más sal que azúcar, pero siempre tengo de ambas. Y mecheros, tengo cuatro mecheros. Tengo días, y post-it por si nos olvidamos de lo que tengo, siempre tengo post-it en mi habitación para no olvidarme. Y tengo cámaras, no muchas, pero tengo. Tengo postales de muchos lados, y sino, los puedo inventar. Incluso tengo una rana, de esas de mentira. Me gustan las figuras en forma de ranas. Tengo entradas de concierto, y de museos, y tengo viajes. León, Valencia, Barcelona, Valladolid, Barcelona, Valencia, Valencia, Valladolid, Barcelona, Madrid, Madrid, Madrid, mucho Madrid, Granada. Y también cines al aire libre, bueno, no, pero podría llevarte. Y dibujos, no por mí, dibujo de pena (creo que ya lo demostré en aquella carta), y cenas reservadas. Tengo el mundo entero bajo mis pies, para qué engañarnos. Pero realmente no lo siento, no siento mis nuevas expectativas, ni mis nuevos abriles, ni mi nueva vida en cualquier parte del mundo si no te tengo a ti.


Sabes mi nombre, no mi historia. Has oído lo que he echo, no lo que he pasado. Sabes donde estoy, no de donde vengo. Me ves riendo, pero no sabes lo que he sufrido. Deja de juzgarme. Saber mi nombre, no implica conocerme


No encuentro a nadie que me mate a cosquillas ni tampoco que se ria por mi tonterias, nadie que me abrace y me diga que no quiere dejar de hacerlo, nadie es como tu, y por eso eres especial porque solo tú me haces sentir así. 


Hay ocasiones en que sin querer, sin darte cuenta conoces a una persona, quizás no la tomes enserio o simplemente no le haces caso y al cabo del tiempo, miras atrás, ves como eran las cosas y lo comparas como son ahora y nunca te hubieras imaginado que esa persona seria la más importante en tu vida ahora.


Nada. Nada. Nada. No pasa nada. Nada. Nada. Nada.
Palabras que se repiten una y otra vez en su cabeza.
Nada. Nada. Nada.
¿Hacelo parar? Imposible. Si lo para comenzara a pensar, a recordar, y lo más probable, a llorar. A lamentarse, a echarse la culpa, a arrepentirse, a echar de menos.
Nada. Nada. Nada.
Un pequeño cambio en el viento hace que sus pensamientos se detengan por unos instantes. Un adiós, un grito, una carrera. Rápidamente cambia sus pensamientos en concordancia con el viento.
Bien. Bien. Bien. Estoy bien. Bien. Bien.Bien.
Esta bien, ¿no lo ves? Sonríe, hace bromas, presta atención a los demás. Estudia, come, lee, ríe. Esta bien. Pero hay algo...ese brillo. Ha desaparecido. En su mirada ya no esta eso que la hacía brillar. Sigue siendo hermosa, pero ya no brilla. ¿No lo ves? Es pequeño a la vista, pero un gran cambio por dentro.
Y de repente se pone a llover. Y su bucle de pensamientos tan perfectamente elaborado tiene una fisura durante un instante.
Le echo de menos.
Vuelve a sus pensamientos. Pero ya es demasiado tarde. Se ha colado y rebota en las paredes.
Menos. Menos. Menos.
E intenta recolocar sus barreras, pero en vano. Ha empezado a llover. Y ella a empezado a llorar.
Lo que no sabe, no se imagina, es que así, llorando, sacándolo todo, es como podrá volver a estar bien, y que no pase nada.
Pero para eso queda mucho.
Por ahora solo le queda el menos rebotando en su cabeza y el bien echo añicos.
Estoy bien, me dijiste aquella noche. He apagado los sentimientos. Ya no pasa nada.
Yo solo te mire, te sonreí y dije No me mientas. A mi, no.
Y te echaste a llorar


BM.

Ella no es perfecta. Tú tampoco lo eres, y vosotros dos nunca seréis perfectos. Pero si ella puede hacerte reír al menos una vez, te hace pensar dos veces, si admite ser humana y cometer errores, no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Ella no va a recitarte poesía, no está pensando en ti en todo momento, pero te dará una parte de ella que sabe que podrías romper. No la lastimes, no la cambies, y no esperes de ella más de lo que puede darte. No analices. Sonríe cuando te haga feliz, grita cuando te haga enojar y extráñala cuando no esté. Ama con todo tu ser cuando recibas su amor. Porque no existen las chicas perfectas, pero siempre habrá una chica que es perfecta para ti.