14/4/12



Nada. Nada. Nada. No pasa nada. Nada. Nada. Nada.
Palabras que se repiten una y otra vez en su cabeza.
Nada. Nada. Nada.
¿Hacelo parar? Imposible. Si lo para comenzara a pensar, a recordar, y lo más probable, a llorar. A lamentarse, a echarse la culpa, a arrepentirse, a echar de menos.
Nada. Nada. Nada.
Un pequeño cambio en el viento hace que sus pensamientos se detengan por unos instantes. Un adiós, un grito, una carrera. Rápidamente cambia sus pensamientos en concordancia con el viento.
Bien. Bien. Bien. Estoy bien. Bien. Bien.Bien.
Esta bien, ¿no lo ves? Sonríe, hace bromas, presta atención a los demás. Estudia, come, lee, ríe. Esta bien. Pero hay algo...ese brillo. Ha desaparecido. En su mirada ya no esta eso que la hacía brillar. Sigue siendo hermosa, pero ya no brilla. ¿No lo ves? Es pequeño a la vista, pero un gran cambio por dentro.
Y de repente se pone a llover. Y su bucle de pensamientos tan perfectamente elaborado tiene una fisura durante un instante.
Le echo de menos.
Vuelve a sus pensamientos. Pero ya es demasiado tarde. Se ha colado y rebota en las paredes.
Menos. Menos. Menos.
E intenta recolocar sus barreras, pero en vano. Ha empezado a llover. Y ella a empezado a llorar.
Lo que no sabe, no se imagina, es que así, llorando, sacándolo todo, es como podrá volver a estar bien, y que no pase nada.
Pero para eso queda mucho.
Por ahora solo le queda el menos rebotando en su cabeza y el bien echo añicos.
Estoy bien, me dijiste aquella noche. He apagado los sentimientos. Ya no pasa nada.
Yo solo te mire, te sonreí y dije No me mientas. A mi, no.
Y te echaste a llorar


No hay comentarios:

Publicar un comentario