25/11/11

Ey tú, ¿te acuerdas de mi? Vaya pregunta más estúpida. Bueno, todas las conversaciones lo fueron, así que no te sorprenderá que te diga otra tontería más. Otra de las mías, de las que en algún momento creí que te gustaban, de esas que tu seguías con sarcasmo. Y tú mientras...tú sonrieme y contéstame bobadas, para que podamos acabar discutiendo como siempre. Y ahora...ya lo tengo. Desconectate sin decirme nada. Así mañana yo te volveré a hablar. O pon que se te fue la conexión. Vuelve a hacerme sonreír como siempre conseguías hacerlo. Mejor aún, vuelve a mentirme con esas mentiras que tanto me gustaba creerme. ¿Te acuerdas ya de quien soy? Si, soy exactamente esa que se sabe cada uno de tus movimientos, esa que desgasta tu nombre de tanto que aparece por su cabeza, esa que gritaría desde lo más alto de una montaña que te quiere, aunque tenga vértigo. Esa que te regalaría un despertador que sonase con su voz para que te acordases de ella cada mañana, y que hizo lo imposible para que pudiera haber algo entre nosotros, aunque solo fuese amistad. Esa que se sabría de memoria tu número de teléfono si te hubieras dignado a dárselo. Esa que probablemente halla triplicado las visitas a tu perfil desde que te conoció. Esa a quien tu sonrisa la persigue y a quien le tiemblan las piernas cuando la miras. Probablemente sea esa única persona del mundo a la que le gusta tu voz. ¿Quieres la pista definitiva? Esa a la que tú no echas de menos pese a llevar un mes sin dirigirla la palabra.

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