13/12/11





Abajo. Te agarras a mí, tus manos recorren mis espalda. Tus piernas se cierran entorno a mi cadera. Escondes la cara en mi hombro, siento tu aliento en mi piel. Me arrastras a tu cuerpo hirviente si me ves algo distraido. Te paras.
Arriba. Tu movimiento me atrapa, la cadencia aumenta lentamente. Erguida, me miras a los ojos con un brillo salvaje, intenso, de deseo. Recorro tu cuerpo con mis manos, la curva de tu cuerpo y bajando poco a poco hasta acomodarlas en tu cintura, acompañando el vaivén que me lleva al cielo. Te tumbas sobre mí y noto tu calor y tu sudor que tanto he deseado.
Te vuelves a levantar y noto frío donde estabas echada. 
Una ola de euforia y placer nos recorre de improviso. Se escapa de tus labios un grito casi ahogado, seguido de un suspiro de placer. 
Entonces me liberas y te caes sobre mí, despacio, fundiendonos en un abrazo del que no nos pueden separar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario