12/12/11




Estoy harta. Harta de los deberes, de él, de mi, de las nubes, la lluvia y el sol. Harta de compartir, de ser egoista, de ser amable o maleducada. Harta de las vacaciones, el instituto, los profesores, las notas, los sobresalientes y los suspensos. Hasta estoy harta de los caramelos, de la ensalada, de los perros y los gatos. Harta de mis amigos y de los que no lo son. Harta de mi casa, de mis peluches, de mis libros y mi ropa. Harta de las normas, de los bolis bick, de la luz y de la oscuridad. Y muy harta de la mochila, de hacer la cama, de poner la mesa, de barrer la cocina y pasar el polvo. No puedo soportar más tiempo a mis vecinos, ni quiero ver mi pelo, ni mis ojos, ni mi cara ni nada. Solo necesito que me dejen en paz. Irme por ahi, lejos, como a una isla desierta, de verdad. Irme sola, sin el chico que amo, ni la hermana que adoro ni la profesora que tiraria por las escaleras. Olvidar las ecuaciones, el mapa de islandia, las reacciones químicas, los sintagmas verbales. Olvidar TODO. Vivir... no sé, puede que ni vivir. Mandar todo a la mierda, no llorar, no reir, no nada. Solo poder gritar todo lo alto y fuerte que me permitan los pulmones. Desahogar mi rabia, mi felicidad, mi amor, todo, quedarme vacia. Como una pajita de las de beber cocacola... lo que daría yo por ser una pajita...



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