Subes, bajas. Te lleva, te desarma. Gritas, te mareas. Te atormenta. Pero en el fondo, te encanta. Esa sensación de lleno, de respiración entrecortada, de un sinfín de sensaciones que te hacen perder la cabeza. Y un solo pensamiento; montarte de nuevo cuando acabe. Pero cuando justamente estas en la cima, en lo alto, bajas. Y da la vuelta. Y por último, se para. Y no vuelves a montarte, porque a veces, la entrada es demasiado cara, o simplemente, la atracción ya ha cerrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario